Daruma, el muñeco japonés para cumplir tus objetivos

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Daruma, el muñeco japonés para cumplir tus objetivos

Cuando alguien ve a una figura roja, rechoncha, con grandes ojos blancos y una barba prominente, lo asocian directamente con Japón. Está presente en las páginas web de agencias de viajes, en restaurantes de comida japonesa, en tatuajes… Pero poca gente sabe decir su nombre, qué es la figura o qué significado e historia hay detrás de ella.

¿Qué es el daruma?

El daruma es una figura fabricada en papel maché, madera o material similar, que representa el cuerpo y cabeza del monje budista Bodhidharma o “Da Mo” en forma de tentetieso, es decir, por mucho que se mueve siempre se queda en la misma posición inicial. 

Esta dentro de la categoría de “engimonos”, amuletos japoneses de la buena suerte, aunque en realidad el daruma es un objeto volitivo, que promueve la determinación y perseverancia de quien lo posee para alcanzar una meta u objetivo impuesto en el momento de su adquisición. 

Historia y leyenda del monje Bhodiddarma

Bohdidarma era un monje persa que llego a China en torno al año 527 procedente del sur de la actual India con la misión de predicar su forma de entender el budismo que desembocaría en la fundación del budismo Zen / Chan.

Después de un periplo por diferentes reinos chinos y conocer al emperador Wu del reino de Liang, viajó hasta el famoso tempo Shaolin, en la parte central de China, donde fue rechazada su admisión, para posteriormente establecerse en el monte Song, muy cerca del templo, con el fin de meditar y esperar la llegada de nuevos discípulos.

Es en una pequeña cueva del monte donde se dice que estuvo meditando durante nueve años, en los cuales se mantuvo imperturbable ante las inclemencias del tiempo, insectos y otros animales que acechaban las montañas. Para evitar que el cansancio le venciera y se quedara dormido, Bohdidarma se arrancó las pestañas y los parpados y los arrojó fuera de la cueva. Sus brazos y sus piernas pasaron a ser uno solo junto con su cuerpo, tan solo ataviado con una túnica roja. 

Después de más de tres mil días de meditación, alcanzó la iluminación y, como reconocimiento a esta obstinación, fue finalmente admitido en el templo Shaolin pudiendo seguir su doctrina y adoptando discípulos del templo hasta conseguir ser reconocido como vigésimo octavo patriarca del budismo y patriarca fundador del budismo Zen.

El monje budista Bohdidarma, representado meditando con las los brazos y las piernas entumecidas con una túnica roja en la cueva cercana al templo Shaolin. China “La luna a través de una ventana rota” Tsukioka Yoshitoshi, 1886.

La historia y leyenda de Bohdidharma llegó a Japón en el periodo Kamakura (1185-1392) con las enseñanzas de las sectas Soto y Rinzai de budismo Zen que proliferaron como escuelas de pensamiento por todo el país. 

Evolución de la leyenda de daruma en Japón

Las figuras de papel maché eran de origen chino y llegaron a Japón con su uso y forma de aquella época: una especie de “juego de la botella” en la que la figura de madera era la de un señor mayor al que llamaban “el viejo nunca cae” con una punta marcada en la base que al girar como una peonza señalaba al perdedor, quien tenía que beber vino de arroz o hacer una corta actuación. Siglos más tarde, después de interminables guerras y con la consecución de una asentada y pacífica Japón bajo el régimen del shogunato Tokugawa o época Edo (1603 – 1868), que inicialmente se fabricaban en Kioto, pronto alcanzaron Tokio en esta nueva época.  

La gente de la capital empezó a pintar la figura de rojo simulando una túnica y de negro la parte baja de la figura del “viejo que nunca cae” simulando una barba como broma sobre la forma del monje Daruma, creando así la forma que conocemos hoy. Como era divertido jugar a moverla, empujándola para que cayera y además estaba pintada de rojo, que en ese momento se creía que era un color que prevenía contra la viruela, se convirtió en un regalo ideal para los niños enfermos. Esto acompañado a la famosa frase “nanakorobi, yaoki” (si caes siete veces, levántate ocho) hizo crecer en notoriedad esta extraña figura del monje que nunca se cae. 

Finalmente, la figura se acabó de popularizar sobre 1764 al venderse en los mercados de año nuevo de muchos templos budistas y especialmente alcanzó la fama en el templo Horin-Ji, cercano a Tokio, donde el monje Hakuin Ekaku (1676-1769), gran valedor de la recuperación de la secta Rinzai del budismo zen y creador del concepto hoy conocido como “mindfulness”, pintaba y vendía a sus fieles figuras de daruma con los ojos totalmente blancos para poder desear un objetivo de año nuevo y volver a quemarlo al finalizar el, una vez cumplido el objetivo, tradición que sigue vigente en nuestros días. 

Pergamino japonés con el escrito “De arriba abajo, izquierda a derecha” que, según la enseñanza Zen, significa “El Zen apunta directamente al corazón humano, busca en tu propio interior para convertirte en Buda”, ilustrado por el monje Hakuin Ekaku.

Significado y metáforas de la figura y uso del daruma

En Japón casi todas las formas, colores o disposición de los elementos en los objetos culturales o artísticos tienen un significado o un simbolismo y la figura de daruma es una buena prueba de ello, pues cada detalle de la figura contiene una pista sobre su historia o sobre la interpretación que se hace de ella. 

Repasamos algunos de los elementos que ya hemos visto y otros que contienen el simbolismo del monje y su leyenda pintada en la figura.

La forma de la figura recuerda la posición de meditación del monje en su afán por conseguir la iluminación, ya que parece que el tronco y las extremidades son una sola. 

El color rojo procede de la túnica que llevaban los altos rangos del budismo. Asimismo, las tiras doradas que incluyen algunos darumas representan las estolas que vestían algunos monjes budistas.

Para los ojos blancos del daruma y su proceso de proponer y cumplir un deseo existen diferentes teorías.  Por un lado, ya vimos que el monje se arrancó los parpados y las pestañas para estar con los ojos siempre abiertos. En la época en la que se popularizó el daruma como regalo para niños, muchos de ellos sufrían viruela, que es especialmente dañina para los ojos. De esta manera, el daruma con los ojos en blanco sería un talismán para proteger al niño de perder la vista.

Las cejas de algunos darumas son pintadas como grullas y la barba como tortugas, ambos símbolos de longevidad en Japón. En otras versiones, los darumas parecen representar la barba como un pino, los ojos como bambú y las fosas nasales como ciruelas, que combinados simbolizan también una larga vida. 

Por último, el kanji dibujado en la tripa de los darumas es “fuku” que significa “buena fortuna”.

La práctica tradicional del pintado de ojos se atribuye al rito budista de “Kaigen kuyo” o apertura de la ceremonia de los ojos. En esta ceremonia, se atribuyen cualidades religiosas a una imagen budista, cuya representación de daruma sería la del maestro ausente de cuerpo, pero transmitido en espíritu a la figura desde la cual nos vigila en todo momento para asegurar que nos esforzamos y cumplimos nuestros objetivos.

El hecho de que se tuviera que pintar el ojo con un objetivo por cumplir y el otro al conseguirlo para después quemarlo, también pudo ser una táctica de venta, ya que así, en los mercados de año nuevo de los templos, las personas debían comprar otro nuevo daruma para iniciar de nuevo todo el proceso.

Otras interpretaciones de la figura de daruma

Como vemos, la fama del personaje daruma fue creciendo poco a poco entre la sociedad japonesa como un talismán de buena suerte entre el pueblo y promovido por los monjes de los santuarios budistas. Pero existen múltiples simbolismos menos conocidos en el que la leyenda de la vida del monje se interpreta de diferentes maneras. 

Desde el periodo Edo y al menos hasta la restauración Meiji, se vendían darumas con forma fálica fábricas en papel mache y en piedra. También su nombre era un apodo vulgar para las prostitutas, posiblemente debido al juego de significados de sus habilidades “un daruma nunca se cae”. Incluso en algunas ilustraciones es representado cómicamente acompañado de prostitutas, travestido o directamente como mujer. 

Daruma en el periodo Edo es a menudo representado en actitudes divertidas junto a jóvenes y bellas mujeres. 

“Una bella mujer tapa la vista a daruma” Ishida Gyokuzan (periodo Edo).

Otras variadas historias y leyendas a lo largo del país convierten a daruma en un espíritu maligno, una deidad de cruce de caminos, asociado también a la sexualidad, otras como deidad de la viruela y como demonio de está al ser un “dios extranjero” que trae enfermedades consigo, y por último como una deidad de la placenta, relacionado con el episodio de la meditación durante nueve años en una cueva, en una alegoría embrionaria. 

Dentro de las atribuciones como figura protectora, también es considerado protector de los monos y de los caballos, en la que otra leyenda asegura que daruma se reencarno así mismo en un caballo que relincho tres veces al nacer. Esta leyenda también puede estar relacionada con la noción de daruma como “deidad de la placenta”.

Daruma en la actualidad

Con el creciente éxito como amuleto protector y cumplidor de deseos, se empezó a dibujar las figuras de daruma de diferentes colores y personajes convirtiéndose casi en sí mismo en un lienzo donde representar otros personajes legendarios japoneses, cuadros y diferentes reclamos turísticos.

Cada color de daruma representa un deseo u objetivo a conseguir diferente, como fortuna, amor, salud, confianza o bienestar.  También desde la época Edo se representa como “Ehime daruma” o princesa daruma, y actualmente existen versiones de famosos cuadros como por ejemplo “La Gran Ola de Kanagawa” y también de “daruma amabie” como la leyenda de la protectora contra las enfermedades.

La forma de la figura de daruma sirve para representar multitud de escenas o personajes típicos del folclore japonés, como Amabie, un yokai que previene de las enfermedades, con forma de daruma..

Festivales en honor a daruma

Existen diferentes celebraciones en templos budistas en honor o relacionadas con daruma, casi siempre con la ceremonia conocida como “daruma kuyo” donde se queman los viejos darumas y se obtienen nuevos con renovados objetivos y deseos.  Los más conocidos se encuentran en Okaya, Nagano, el daruma-ji en Oji, Nara y en el templo donde el ritual se hizo famoso, en el templo Shorinzan, en la ciudad de Takasaki, en la prefectura de Gunma.

Tan importante como el material y la técnica con la que se realiza la pieza, es el diseño. Las piezas que te traemos aquí proceden de la prefectura de Gifu, de donde procede más del 50 % de la producción de la cerámica japonesa. Estas piezas reciben el nombre de Mino-yaki y su principal característica es que no tienen un estilo concreto. Todas nuestras piezas están acabadas con bonitos estampados que gozan de gran tradición en Japón y que evocan los significados y los valores que tan bien representan la mentalidad japonesa.

Ceremonia de quema darumas en Dairyuji (Gifu), uno de los multiples lugares donde después de año nuevo puede hacerse el ritual del daruma Kuyo y adquirir un nuevo daruma con nuevos objetivos.

Bibliografia básica en web usada para el articulo:

García Monreal, M. (10-07-2020), “Historia y leyenda sobre la vida y leyenda sobre la vida y obra de Bodhidharma o Damo”. Recuperado de  https://static.casaasia.es/pdf/7309111617AM1246612577385.pdf

Corona, D. (28-07-2016). “La historia de Bodhidharma” Recuperado de https://kungfu.com.mx/la-historia-de-bodhidharma/

Greve, G. (31/12/2019). “Who is daruma?”. Recuperado de https://darumamuseum.blogspot.com/

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