"Usui": agua de lluvia

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"Usui": agua de lluvia

Usui

Del 19 de febrero al 4 de marzo es la segunda de los 24 términos solares chinos usado en el calendario lunisolar japonés, llamada Usui, “agua de lluvia”.

Esta época se caracteriza porque la naturaleza se “prepara” para la llegada de primavera con un aumento de temperaturas gradual y las cada vez mas frecuentes lluvias, que ayudan a hidratar los suelos, derritiendo el hielo de las ultimas nevadas invernales, un elemento clave para el florecimiento de plantas y la salida de los insectos y pequeños animales que han estado hibernando o escondidos durante el frío invierno.

Además, los agricultores empiezan a preparar la siembra de muchos cultivos y plantas, y se inicia la caza y la pesca de algunos animales que empiezan a aparecer en la naturaleza.

Usui está formado por tres microestaciones:

- Del 19 al 23 de febrero es la microestación conocida como “La lluvia humedece el terreno”.

- Del 24 al 27 de febrero es la microestación conocida como “Aparece la niebla primaveral”.

- Del 28 de febrero al 4 de marzo es la microestación conocida como “Aparecen brotes en los árboles”.

La lluvia humedece el terreno

Del 19 al 23 de febrero es la microestación conocida como “La lluvia humedece el terreno”.

En estos días, las primeras lluvias primaverales humedecen el suelo y el sol derrite poco a poco el hielo de las últimas nevadas del invierno y el barro que se genera, dando lugar a ese característico olor de inicio de la primavera.

La lluvia, en japonés “ame”, que derrite la nieve, era una época muy importante en la antigüedad, ya que se podía apreciar visualmente el paso del invierno a la primavera, que además servía como guía a los agricultores para iniciar algunos de sus cultivos. Es por ello por lo que existen numerosas palabras relacionadas con la lluvia, la tierra y la nieve usadas en estos días como, por ejemplo, ese olor a tierra en primavera, llamado “tsuchiniō”.

La lluvia prolongada que hidrata la tierra es llamada “kanu” literalmente lluvia que cultiva las flores, porque nutre los árboles y las flores que comienzan a brotar, en especial los más importantes de este inicio de primavera, como los ciruelos y los cerezos.  Si estas lluvias tardan en llegar, se les define como “megumi no ame” que significa lluvia de gracia, muy esperada o que llega después de una sequía.

Respecto al suelo, el “harunotsuchi”, que significa literalmente, suelo de primavera es el suelo revelado después de derretirse la nieve, muy esperado por los habitantes de las zonas heladas. De ahí, surge el “shundei”, barro de primavera, causado por el derretimiento de la nieve; el “yukima”, que es la tierra que se ve entre la nieve y, finalmente, el primaveral término “yukinohima” o las flores que crecen entre esta tierra cubierta de nieve.

“Hana no ame” o “yōkau”, lluvia de flores, es la lluvia que cae sobre los cerezos en flor, también usado para cuando estas dejan caen sus pétalos asemejando una lluvia de flores.

Aparte de los ciruelos y los cerezos, otro síntoma de la floración primaveral son los dientes de león, llamados en japonés “tanpopo”, Aunque florecen todo el año, varias especies endémicas de Japón florecen en el inicio de primavera y tienen un periodo de vida muy corto, como los cerezos en flor, debido a su adaptación al clima de Japón, en el que deja solo sus raíces en verano para poder volver a florecer otoño.

En esta época también se inicia el “aimaku” o siembra del ai, la planta conocida como índigo chino o índigo japonés. Esta planta, que llegó a Japón desde China alrededor del S.VI es una de las plantas más antiguas y famosas para fabricar tintes.

Las semillas del índigo se siembran en estos días de febrero, y una vez que las plántulas crecen aproximadamente 17 centímetros, se trasplantan al campo para seguir su crecimiento hasta ser recogidas.

Cuando se importó y adaptó esta estación del calendario chino Senmyōreki, era llamada “el festival de las nutrias”. Este curioso nombre que se le dio a la estación en China era debido a que las nutrias, muy activas pescando en este inicio de primavera, tienen costumbre de colocar, alineadas, sus capturas en las orillas del río antes de comérselas. En la antigua China, esto era interpretado como si las nutrias dispusieran el alimento a modo de ofrendas a sus antepasados, similar a los rituales humanos.

En el ukiyo de esta estación, una estampa de las “53 estaciones de Tokaido” de Hiroshige, con una procesión de daimio en mitad de una lluvia primaveral en Tsuchiyama, cerca de Kioto.

En el ukiyo de esta estación, una estampa de las “53 estaciones de Tokaido” de Hiroshige, llamada “Lluvia primaveral en Tsuchiyama”. Esta parada, la 50º del camino de Tokaido, en la actual ciudad de Koka, en la prefectura de Shiga, se decía que era el último lugar peligroso antes de llegar a la antigua capital, Kioto. Esta zona tiene una alta cantidad de precipitaciones anuales, por lo que crecían densos bosques que ayudaban a tener una importante industria maderera.

En esta parada, Hiroshige representa la cabeza de la procesión del daimio que cruza  a través de un puente sobre el río Tamura, que tiene una fuerte crecida en su caudal debido a la lluvia primaveral. Los integrantes siguen caminando bajo la lluvia mientras agachan la mirada con sus sombreros, seguramente esperando llegar al cercano santuario de Tamura, que aparece escondido entre los árboles y que sigue existiendo hoy en día.

Aparece la niebla primaveral

Del 23 al 28 de febrero es la microestación conocida como “Aparece la niebla primaveral”

En estos días, las pequeñas gotas de agua y polvo aumentan en la atmósfera en comparación con el aire seco del invierno, y dejan en suspensión las partículas con menor volumen que forman nubes al nivel del suelo. Se crea así un paisaje difuminado al que se le llama niebla.

En Japón, debido a su compleja orografía y su multitud de grandes valles montañosos, el paisaje brumoso es muy común en muchos lugares del país. La niebla, en japonés kasumi siempre ha sido considerada sugerente y misteriosa en Japón, un lugar de donde pueden aparecer criaturas como los yokai o yurei, como se puede apreciar en muchas de las leyendas asociadas a estos seres mitológicos.

Precisamente, según la leyenda, la diosa japonesa de la primavera, llamada “Sahohime” o princesa del monte Saho, una zona alta ubicada al norte de Nara, patrona del teñido y de los tejidos, se decía que vestía un kimono blanco y suave cuyas mangas caían como si fuera la niebla primaveral descendiendo del cielo.

También aparecen en numerosos ukiyos e ilustraciones de paisajes, principalmente montañosos así como en la literatura, muy usada para describir paisajes y situaciones. Ya en la época Heian, se dio lugar al uso de distintos términos para diferenciar la niebla según la estación en la que se produce o en el momento del día en el que se observa.

Kasumi, es referido a la nombrada anteriormente concepción literaria de “el paisaje esta brumoso”, debido a la formación de la niebla consistente en nubes que forman capas delgadas y alargadas que parecen flotar sobre el suelo, llamado tanabiku.

Asaka es usada para la niebla matinal, yukasumi para la niebla nocturna o yaegasumi, la niebla densa de varias capas. También se usa el término oboro, para la niebla nocturna, y oboroduki para esa imagen típica de la primavera de la luna cubierta de niebla en una noche primavera

Otras palabras más poéticas usadas en haikus eran Oogasumi, neblina volando en la distancia, hanagasumi, broma o cortina de flores o haragasumi , niebla primaveral

Una actividad tradicional que se realizaba en la antigüedad en estos días en Japón y que aún se continua en algunas localidades es el noyaki o quema prescrita, provocar incendios controlados en un día soleado y sin viento para reducir el riesgo de incendios naturales y más peligrosos y para favorecer el crecimiento de pastizales para alimentar al ganado, además de convertir la hierba en un fertilizante que ayuda al crecimiento de plantas silvestres.

En el ukiyo de esta estación, Hokusai representa en una de las series de “36 vistas del Monte Fuji” a la sagrada montaña desde el jardín de Ryuganji, un antiguo templo zen famoso por su pino gigante ubicado en la actual Harajuku, Shibuya, en el centro de Tokio.

En la estampa, Hokusai ilustra este pino gigante, de unos 6 metros de altura con minucioso detalle, en el que algunas ramas están sostenidas por postes de madera para distribuir el peso. Su apariencia de la copa abultada y sus ramas extendidas se asemeja a un cojín, motivo por el cual este cuadro es conocido como “El pino cojín de Aoyama”.

 Delante del pino hay un padre y un hijo subiendo la colina, mientras unos excursionistas hacen picnic bebiendo sake. En la parte inferior izquierda, un hombre está limpiando las hojas caídas del pino.

Aunque el tema principal de la serie era representar el Fuji desde diferentes perspectivas, en esta ocasión comparte el protagonismo con el enorme pino de Aoyama, aunque Hokusai ilustró la montaña mucho más grande de lo que se ve desde esa zona, envolviéndola con una densa niebla que se extiende por todo el paisaje, centrando la vista del espectador en ambos espectáculos de la naturaleza.

Aparecen brotes en los árboles

Del 28 de febrero al 4 de marzo es la microestación conocida como “aparecen brotes en los árboles”.

En estos días, la lluvia que cae asiduamente combinada con el aumento de la temperatura y de las horas de sol, favorece el crecimiento de la hierba, de los cogollos y de las yemas de los árboles que están cerca de florecer.

Los brotes o cogollos, en japonés moe, junto con los brotes de las hojas, kinome”, son otros de los signos del principio de la incipiente primavera, llamado konomedoki, "el momento de los brotes".

 Existe un dicho en japonés, “la primavera llega con cada lluvia”, que resume la sensación meteorológica de estos días. Esta lluvia, llamada kanu, literalmente “lluvia dulce” que cae en esta temporada es necesaria para que plantas y árboles terminen de crecer y ayudar a que los brotes de los árboles se hinchen y florezcan.

 Además, a los días con buen tiempo entre estos días se le denomina Kinomebare, literalmente, “brotes soleados”.

 Cuando brotan los cogollos de hierba se les denomina kusamoe y la hierba que emerge del suelo shitamoe. El kanji usado para las palabras con brotar, moe también tiene su propio color, moegi que es justamente el referido al color con el que brotan los cogollos en primavera.

Se dice que este color fue usado en su juventud por Nasu no Yoichi, un famoso samurái y experto arquero que luchó en las Guerras Genpei del Periodo Heian, y que, posteriormente, este color lo portaban con este simbolismo los jóvenes guerreros.

En Japón, uno de los primeros árboles que florecen en primavera aparte de los ciruelos y los melocotoneros, es el nekoyanagi o sauce gato, una especie autóctona de Japón, llamada así porque su flor, una espiga cubierta y esponjosa de pelaje blanco, es similar a la cola de un gato. Esta flor es muy usada para los arreglos florales o ikebana, y simboliza la libertad en el lenguaje de las flores.

Uno de los parques de Japón donde se puede observar con detenimiento estos brotes primaverales de árboles y hierba es el Umeyashiki, “la finca de los ciruelos”, en Tokio. En el periodo Bunsei (1811-1831), un rico comerciante farmacéutico que vendía en su terreno un remedio de medicina tradicional china que se usaba para tratar las intoxicaciones alimentarias y los golpes de calor, llamado Wachusan, decidió abrir una casa de té y plantar numerosos ciruelos alrededor del jardín.

Rápidamente el parque se hizo muy famoso por su espectacular florecimiento primaveral de los ciruelos y se convirtió en uno de los parques más visitados en estos días y una de las paradas más conocidas de la carretera de Tokaido, la ruta más usada que unía Tokio con Kioto.

Hiroshige retrató con fidelidad a los visitantes durante un atardecer a la floración de los ciruelos de este parque. Los monumentos de piedra que se observan en las ilustraciones representan las tablas de piedra con haikus inscritos que el comerciante, gran aficionado a dicho tipo de poesía, colocó en el jardín, y de los que hoy en día quedan algunas reproducciones. 

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