Las 72 estaciones del calendario lunisolar japonés
Calendarios japoneses a lo largo de la historia
El calendario gregoriano se adoptó en Japón en el año 1873 y todavía se usa en la actualidad. No obstante, a lo largo de la historia de Japón, han existido varios calendarios para medir el paso el tiempo, algunos aún en pleno uso y otros han perdurado a través del tiempo en el recuerdo de la cultura y en del lenguaje.
Los dos calendarios oficiales por los que se rigen los japoneses desde 1873 son el seireki (西暦) o era común, y el nengō (年号) o era japonesa, en el que el inicio de cada etapa lo marca el primer año de reinado del emperador. Así, 2021 es el año 3 de la era Reiwa ya que es el tercer año de reinado del emperador Naruhito.
Hasta el final de la segunda guerra mundial existía un tercer calendario, el kōki (皇紀) o años imperiales, que contaba el tiempo a partir del 660 a. C., considerado el primer año de la fundación de Japón por el legendario emperador Jinmu.
Pero antes de la implantación del calendario gregoriano, el calendario usado desde el año 862, en la época Heian, fue el llamado onmyo-reki o calendario lunisolar. Este sistema de medir cada año fue introducido a Japón desde China vía Corea, donde se usaba desde hacía varios siglos y era la forma de señalar los cambios estacionales que servían de guía para los trabajos agrícolas.
Funcionamiento del calendario lunisolar
El sistema de medición lunisolar se inicia con la división más importante de la posición de la tierra respecto al sol, es decir, los solsticios de verano y de invierno y los equinoccios de primavera y de otoño. Estos días, sin embargo, no son el inicio de los días más calurosos o fríos de cada temporada, con lo que se marcan como inicio de cada estación el punto intermedio entre ellos, completando ocho secciones o hachi setsu (八節) para dividir un año completo. En China se conocían como:
Risshun (立春): comienzo de la primavera, entre el solsticio de invierno y el equinoccio de primavera.
Shubun (春分): equinoccio de primavera, el día con la misma duración del día y de la noche.
Rikka (立夏): comienzo del verano, entre el equinoccio de primavera y el solsticio de verano.
Geshi (夏至): solsticio de verano, el día más largo y la noche más corta.
Risshu (立秋): comienzo del otoño, entre el solsticio de verano y el equinoccio de otoño.
Shubun (秋分): equinoccio de otoño, el día con la misma duración del día y de la noche.
Rittō (立冬): comienzo del invierno, entre el equinoccio de otoño y solsticio de invierno.
Tōji (冬至): solsticio de invierno, el día más corto y la noche más larga.
Sin embargo, estas ocho divisiones no son suficientes para marcar momentos tan importantes como la siembra o el inicio de las cosechas, con lo que se estableció una mayor división, cada una de estas ocho, en tres partes, con el resultado de 24 divisiones o términos solares, llamados sekki (節気).
En China, cada uno de estos términos son nombrados con solo dos kanjis, inspirados en el ying yang del taoísmo. Los nombres de estas 24 divisiones, llamados términos solares, fueron reconocidos por la Unesco en 2006 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Los 24 sekki, con sus nombres en japonés, compuestos cada uno por dos kanjis,
Las 24 divisiones coinciden con cada 15º de la llama eclíptica o percepción de la posición del sol con respecto a la tierra, que, aparentemente, marca el giro completo de 360º en 365,25 días. Los calendarios que se rigen según estos indicadores se llaman calendarios solares.
Para concretar aún más los cambios climáticos y su repercusión en la naturaleza, cada una de las 24 divisiones o 15º se parten en tres. Es decir, la llama elíptica de divide cada 5º, y se crean 72 microestaciones, llamadas kō (候). Cada microestación está asociadas a una pequeña frase o haiku (俳 句) relacionada con un evento de cada temporada.
Cada una de las tres microestaciones que engloban cada estación o sekki (節気), tienen un nombre específico: la primera microestación es shokō (初 侯); la segunda jikō (次 候) y la tercera makkō (末 候).
Esta organización del tiempo, apoyada en los solsticios y los equinoccios, se toma por válida para el control entre las estaciones, pero para la distribución dentro del año, es decir, los meses, se usa el calendario lunar o los ciclos de las fases lunares. Con los cuatro tipos de fases (luna nueva, cuarto creciente, luna llena y cuarto menguante), en el calendario lunisolar chino el mes se inicia el primer día con una luna nueva, y la mitad de mes será el primer día con luna llena.
Las 72 microestaciones en Japón
Tras varios siglos en los que se tomaba como referencia el calendario, onmyo-reki (de procedencia china), y en el que el tiempo se dividía en periodos de 8, 24 y 72 estaciones, durante la época Edo, los grandes avances en la astronomía permitieron mejorar el calendario para hacerlo más preciso y consistente.
En 1685, en el segundo año de reinado del emperador Reigen también llamada era Jokyo y, a petición del shogunato, el astrónomo de la corte, Shibukawa Shunkai, fue el primer japonés que consiguió modificar el calendario, conocido a partir de entonces con el nombre de la era, el calendario Jokyo.
Este astrónomo, y experto jugador al go, además de modificar aspectos astronómicos del calendario lunisolar, adaptó al clima y a la naturaleza japonesa el nombre de las 72 microestaciones del calendario chino. Introdujo frases poéticas al devenir de los cambios naturales en Japón, con diferentes alusiones a fenómenos climáticos (en 21 estaciones), a animales japoneses (en 24 estaciones) y a la vegetación y plantas en su mayoría endémicas (en 27 estaciones).
Calendario Joyko, edición del 1729 (Tokio, Museo Nacional de Ciencias de Japón)
En 1755, 1798 y 1844 se realizaron modificaciones adicionales al calendario Jokyo que mejoraban los cálculos e incorporaban el conocimiento de la astronomía occidental.
En enero de 1874, ya en la época Meiji, y en el marco de la ola modernizadora que introdujo el propio emperador, se decidió cambiar este calendario lunisolar por el calendario gregoriano o calendario occidental. No obstante, tanto las 24 divisiones chinas como las 72 microestaciones establecidas por Shibukawa, han conseguido permanecer dentro de la vida y cultura de los japoneses, donde aún, muchas de las palabras y expresiones del antiguo calendario perviven en el lenguaje actual. También situan en el tiempo las celebraciones de rituales de siembras y cosechas, festivales budistas y shintoistas, además de otras celebraciones típicas japonesas, como el tsukimi (la contemplación de la luna), o el setsubun (el día previo a la entrada de la primavera).
Durante siglos, Japón se guio de forma oficial según el antiguo calendario lunisolar. Aunque hoy en día oficialmente no está vigente, ha perdurado y todavía es vital para la vida agrícola y ritual de los japoneses.
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