"La gran ola de Kanagawa", de Hokusai
La gran ola
En el periodo Edo (1603-1868), se popularizaron los viajes y las peregrinaciones a los santuarios en el interior de Japón y, con los viajes vino la práctica generalizada de recolectar recuerdos para llevar a casa. Si bien los recuerdos incluían una variedad de productos, uno de los obsequios más valiosos para llevar eran los grabados en madera. Normalmente, eran grabados de paisajes admirados en todo Japón que también fueron accesibles a los que no podían participar en los viajes. El gusto por la pintura de paisajes desplazó a la de las mujeres de belleza tradicional. Katsushika Hokusai, conocido como el "loco de la pintura", lideró parte de este cambio. Cuando tenía más de 70 años, creó decenas de series de pinturas sobre el tema del monte Fuji que forman la obra Treinta y seis vistas del Monte Fuji y que se publicó alrededor de 1831.
De todos los grabados que componen las Treinta y seis vistas del Monte Fuji , La gran ola es un icono del arte mundial.
La gran ola también es conocida como Bajo la ola de Kanagawa o como Frente a la costa de Kanagawa, retrata al Fuji desde la bahia de Edo (la actual Tokio). La obra es innovadora desde el punto de vista técnico. Hasta este momento, se utilizaban plantas y minerales para hacer las tintas y con estos materiales era dificil producir azul. De hecho, como podemos ver en otros ukiyo-e, el mar y el cielo se dibujaba con líneas simples rojas y verdes o incluso se usaba el amarillo para dibujar el oceano. Para la década de 1830, se acababa de introducir en Japón los pigmentos azules obtenidos químicamente. Katsushika Hokusai, a quien le gustaba experimentar, usó nuevos pigmentos y tuvo éxito en hacer olas en el mundo del arte Edo.
En la obra de Hokusai, se pueden distinguir tres grandes elementos:
La ola
En el lado izquierdo del grabado, se ve una gran ola que en sentido inverso a las agujas del reloj ondula salvajemente. Probablemente este detalle es lo más atractivo para el espectador en esta obra. La espuma de las olas de asemejana a las garras de un ave a punto de capturar a su presa. En este caso, la ola parece atacar al pequeño bote dispuesto en el lado derecho del grabado.
El monte Fuji
El monte Fuji, por su caracter simbólico debería ser grande y magnífico, pero en esta composición, Hokusai utilizó la perspectiva para hacer que el monte Fuji, la montaña más grande de Japón, aparezca como un pequeño montículo triangular dentro del hueco de la ola. Presenta la montaña a lo lejos, en la tormenta. Es un Fuji sólido e inamovible que contrasta con el dinamismo de la ola.
Las barcas
En el mar embravecido, hay gente remando en los botes. Estos barcos que luchan contra la tormenta, se denominan "botes de empuje" y se utilizaban para transportar pescado fresco y verduras desde Izu y Abo (prefectura de Chiba) a la bahía de Edo y otros mercados como Nihonbashi. Las grandes olas y los barqueros, parecen representar la impotencia del ser humano ante el poder de la naturaleza.
Influencias de la Gran ola
La Gran ola se convirtió en un icono desde la misma época de Hokusai. El grabador Tanka y los propios Kuniyoshi o Yoshitoshi, maestros ellos mismos del ukiyo-e, hacieron sus propias versiones de la Gran ola. Las composiciones de Hokusai también fueron una fuente de inspiración para los artistas impresionistas como Manet, Degas, Coubert o Monet. Se dice que la Noche estrellada de Van Gogh se inspiró en la Gran ola de Hokusai. Desde luego, en ambas composiciones resalta el azul y el movimiento ondulante.
El compositor Claude Debussy se inspiró en La gran ola, para escribir su poema sinfónico El mar a inicios del siglo XX. Tanto fue el influjo que llegaba con la moda de la época, que la obra de Hokusai acabó siendo la portada en la edición original de la obra del músico francés. Se cuenta que Rilke se inspiró en la Gran ola para escribir su famoso poema La montaña. Caso similar parece que pasó con Pierre Loti y su Madame Chrysanthème que a su vez inspiró a Puccini a escribir Madame Butterlfy, una de las óperas más conocidas y representadas de la historia.
Sin duda, la Gran ola ha superado su tiempo y su influencia se aprecia en todo tipo de artes gráficas como logotipos o ilustraciones, pero, más allá, podemos encontrar en obras literarias, en la música e incluso en colecciones de moda.
Detalle de "Una noche estrellada" de Vincent Van Gogh
Los productos
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