El furoshiki
El furoshiki
El uso de las telas con el fin de envolver o transportar mercancías está ampliamente extendido por muchos países del mundo debido a la flexibilidad y adaptabilidad de la tela. En Japón, este uso se ha elevado a la categoría de arte con el furoshiki o pañuelo de los mil usos donde se usa la tela no solo para transportar, sino también para envolver objetos individualmente.
¿Qué es un furoshiki?
El furoshiki o pañuelo de los mil usos es un trozo de tela cuadrado que se usa para envolver, decorar y transportar. Debido a su versatilidad y a su material es reciclable y sostenible con el medio ambiente.
A lo largo de la historia han cambiado los tejidos, el teñido de las telas, los patrones y los nombres que se le ha dado, pero tanto la forma del furoshiki como el método para realizar los envoltorios son los mismos. Por eso se dice que el furoshiki pertenece a la tradición milenaria de la cultura japonesa.
Historia del furoshiki
La historia del furoshiki comienza con la existencia de la tela en Japón. La tela más conocida en Japón es la seda de la que destaca su belleza y su valor monetario. Era utilizada en las vestimentas, pero estaba restringida a las clases sociales ricas y nobles.
Los japoneses de clases populares utilizaban ropa hecha con tela de cáñamo. En Japón no se distinguía el cáñamo del lino ya que tienen apariencia similar y se usa la misma palabra “asa” (麻) para referirse a ellas. Hay que destacar una propiedad del lino que será fundamental en los usos del furoshiki a lo largo del tiempo y es la higroscopicidad: su capacidad de secarse rápidamente.
En el siglo XV llegaron las primeras importaciones de telas de algodón desde China e India. En el siglo XVI, los japoneses adoptaron el sistema chino para el cultivo del algodón y lo empezaron a producir ellos mismos.
A lo largo de la historia del furoshiki que hemos recopilado en este artículo, vamos a encontrar dos usos fundamentales: por un lado, su uso para envolver y transportar mercancías, y por otra parte, un uso vinculado al baño.
Los primeros indicios registrados del furoshiki con el propósito de envolver, lo encontramos en las reliquias de los restos del legendario príncipe Shōtoku (574-622). Se puede considerar pues el prototipo del furoshiki. Es interesante que precisamente se relacione el uso de furoshiki con este príncipe. Según la leyenda, cuando Bodhidharma llegó a Japón bajo la apariencia de un mendigo, se encontró con el príncipe quien le dió comida, bebida y su propia prenda púrpura. Incluso, se dice que cantó para él. Al día siguiente, el príncipe envío un mensajero al mendigo, pero este ya estaba muerto. Shōtoku se afligió mucho y ordenó su entierro. El príncipe, consciente de que el hombre no era común, abrió la tumba, pero la tierra no había sido removida y su cuerpo no estaba, sin embargo, la prenda púrpura estaba allí doblada. La gente alabó al príncipe diciéndole: “Qué cierto es que un sabio conozca a otro sabio”. Otras historias cuentan que el príncipe Shōtoku es la reencarnación de Buda, quizás debido a la difusión del budismo que promovió el príncipe.
Imagen del legendario príncipe Shōtoku, de quien se dice que fue uno de los promotores del budismo en Japón y en cuya tumba se han encontrado los primeros usos de la tela furoshiki con la función de envolver objetos cotidianos.
Hasta este momento, la tela recibe el nombre de “tsutsumi”, que se traduce como “paquete” o “presente”. El uso del furoshiki en este tiempo se ceñía a un método de envoltorio plano en el que los artículos se fijaban, no con un nudo en la tela, como se hace actualmente, sino cono una cuerda. Los “tsutsumi” se guardaban en unos arcones llamados “karahitsu”.
Imagen de un "karahitsu" tradicional donde se guardaban los objetos envueltos con tela.
Por otro lado, con la llegada del budismo a Japón, empezamos a ver el uso del furoshiki en los baños. Durante el periodo Nara (710-740) ya se realizaban ritos de purificación con agua en los templos budistas. En estos templos existían los “yuya” o baños de vapor que se usaban como centros para difundir las enseñanzas religiosas y a los que las clases populares acudían de forma gratuita.
Con el tiempo los baños se extendieron a las clases más adineradas y es en el periodo Heian (794-1185) cuando encontramos ya el uso común del furoshiki como complemento en los baños. Con el nombre de “utsumi” se usaban principalmente para envolver ropa.
Esta relación entre la tela y el baño se hace más evidente durante el periodo Muromachi (1336-1573) cuando los baños de vapor adquirieron una finalidad social, ya que se realizaban ceremonias de té y banquetes. Se dice que en esta época, el shogun Yoshimitsu Ashikaga construyó una gran casa de baños donde acudían los “daimyo” o señores de provincias. Durante todo este tiempo, no existían soportes que sirviesen para poner la ropa y que no se mojase, así que usaban los furoshiki para envolver las ropas. Las telas, la seda y sobre todo el lino, estaban inscritas con el símbolo de la familia para que no se mezclasen.
Es precisamente por este uso de donde surge el nombre con el que lo conocemos actualmente. Literalmente se traduce como “extender en el baño” (風呂 o “furo” y く o ”Shiku”).
En la época Edo, como reflejo del desarrollo urbano, las casas de baños se generalizaron. Ya no eran baños de vapor, sino baños de agua caliente. Parece que este momento cada casa de baño tenía sus furoshikis con el nombre grabado que las identificaba.
En la imagen un ukiyo-e de Utagawa Toyokuni I, conocido como "Una casa de baños públicos", realizado en la década de 1790. En la ampliación se ve el uso de furoshiki para depositar las ropas e impedir que se mojen.
En este periodo se popularizó el uso del furoshiki en las bodas. Especialmente se relacionaban los regalos con símbolos auspiciosos como la tortuga, que simboliza la longevidad o la grulla, símbolo de la suerte y de la paz.
Los furoshiki están muy relacionados con el desarrollo del comercio, que se volvió más activo en ciudades como Edo (actual Tokio), Osaka o Kioto. Los comerciantes usaban la tela para empacar de forma rápida los productos que vendían. Además de lo conveniente que era que la tela se adaptase a la mercancía, podían añadir el nombre de la tienda para que no hubiese equívocos.
En esta estampa tradicional del periodo Edo de Toyokuni III, conocida como "Sumida tsutsumi no sakura" (c.a. 1844), se representa a una mujer que, en la contemplación de los cerezos o "hanami", lleva sus objetos personales envueltos en una tela furoshiki.
Con la apertura de Japón en el periodo Meiji y la modernización del país se abandonó el furoshiki en su uso de envolver y transportar. No obstante, el furoshiki está muy ligado a la cultura japonesa, pero desde la perspectiva de la sostenibilidad, el furoshiki es un artículo ecológico y actualmente su uso se ha revitalizado y extendido fuera de Japón.
El gobierno japonés promueve el uso de furoshiki a través de la difusión de instrucciones para hacer los nudos a los diferentes objetos.
Los estampados en el furoshiki
A la tradición de los nudos y su tipología hay que unirle los estampados de las telas que se utilizan para el furoshiki, que habitualmente también están asociados a buenos presagios, longevidad o felicidad como las grullas o las tortugas.
Entre otros destacan por su popularidad, incluso hoy en día, dos estampados procedentes de la Ruta de la Seda a través de China. Por un lado, el patrón karakusa compuesto por simbolos arabescos enlazados en todos los sentidos hasta el infinito y se le consideraba un símbolo de larga vida. Por otra parte, el seigaiha, compuesto de patrones en forma de abanico que se asemejan a escamas de pescado dispuestas repetidamente en horizontal y vertical. Se las considera un símbolo de paz eterna y durante el periodo Edo surgieron variantes como los crisantemos y los diamantes.
En la foto una botella envuelta con un furoshiki con el popular estampado "karakusa" .
El significado del furoshiki en la cultura japonesa
Hoy en día, se usa todo tipo de telas como furoshiki y el tamaño se adapta al objeto en cuestión. Pero, sin duda, hacer un regalo envuelto en un furoshiki es una forma tradicional, ecológica y original de presentar un obsequio.
En el uso del furoshiki subyace el concepto japonés del “mottainai”, que implica “no desperdiciar nada” o “aprovecharlo todo”. Además, envolver los objetos que se van a regalar lleva implícito el respeto a quién se hace el regalo, ya que el envoltorio confiere de significado al objeto que se envuelve.
Por otra parte, hoy en día el furoshiki no se asocia con el uso del baño. Con la llegada del algodón y de otros materiales más adecuados para secar, aparecen los tenugi ( te手, mano y nugu拭, toallita ), más estrechos que los furoshiki y similares a nuestras toallas, desbancan al furoshiki en este uso, que se queda en el ámbito del transporte, el envoltorio y la decoración.
Referencias
https://japanobjects.com/features/furoshiki
https://minirism.org/en/what-is-furoshiki/furoshiki-history/
https://japanobjects.com/features/furoshiki
https://minirism.org/en/what-is-furoshiki/furoshiki-history/
https://japanobjects.com/features/furoshiki
https://www.invaluable.com/blog/furoshiki/
https://minirism.org/en/what-is-furoshiki/furoshiki-history/
Deja tu comentario Cancelar Respuesta